De las cosas buenas que dejan los encierros, a José Delgado se le ocurrió este sándwich mientras estuvimos en el enclaustro y resultó una chingonería. Junto con el Fat Chat desarrollaron este par de sándwiches súper monchosos.
La garnitura se convierte en el ingrediente principal cuando se fríe y se mete entre dos panes, esa fue la lógica del grupo especial que conforma la cocina de Gabinete, durante las arduas tareas previas a la confección del nuevo emparedado en el menú del restaurante. El sandwich de Pepinillos fritos es el nuevo platillo que ofertan en el lugar que poco a poco se ha convertido en el punto de reunión consentido de transeúntes y vecinos por igual.
–Está bien monchoso– comenta un comensal a este medio mientras esperaba su orden. –Lo pedí el otro día porque se me hizo medio extraña la combinación y pos nada, está bien bueno, es más, acabo de ordenar uno ahorita, hace un momentito– agregó mientras veía con ansia la puerta de la cocina. –La súper recomiendo– dijo mientras seguía con la mirada el trayecto del mesero hasta donde nos encontrábamos.–Buen provecho– se dijo a sí mismo sin retirar los ojos del sandwich.
La presentación del platillo fue pequeña e íntima y pasó desapercibida a la vista de casi toda la ciudad, sin embargo, el sandwich de pepinillos fritos ha ganado adeptos de manera inesperada. Ante lo anterior, esta humilde redacción considera que usted, querido lector, debe de correr por el suyo, acatando todos los protocolos de seguridad, por supuesto, y probarlo.
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